La
Mul’ánima
La condenaron a muerte en la horca por haber mantenido
relaciones amorosas con un sacerdote. Mientras colgaba de la soga, se sintió un
ruido de cadenas y ella expiró con un último relincho.
Perder la cabeza
A Rosa Beatriz Valdés
Nunca
entenderé como hay hombres que pierden la cabeza por una mujer
-meditaba
Juan en las sombras- mientras Salomé le sacaba brillo a una bandeja de plata.
El carpintero
A
Teresita Flores
José
revisaba las maderas recién llegadas a su carpintería. Separó un grupo de ellas
pensando que deberían estacionarse más tiempo para un mejor secado y mayor
robustez. Y así fue: treinta y tres años después -secas ya- se erguían sólidas
y en cruz al final del Calvario.
Hiroshima
En
segundos todo fue un caos indescriptible. La vida aparentaba haber
desaparecido. Ella se sacudió el polvo que la cubría y se levantó de entre las
ruinas: sus ojitos azorados vieron el espanto. De pronto asomó otra cucaracha y
juntas se escabulleron por entre los escombros
La cigarra
y la hormiga
La
hormiga se preparaba para enfrentar el invierno. El gato subió por el tronco
del árbol, pasó a la hormiga que iba con su carga y cuando estuvo a punto de
comerse a la cigarra, ésta le dijo: –no nos dejes sin fábula.
Salinidades
A
Jorge Paolantonio
La
historia bíblica de Sodoma y Gomorra en verdad también ocurrió en otras partes,
solo que las Sagradas Escrituras no lo consignan.
Es
así que en muchos lugares –al igual que la mujer de Lot- otras mujeres se
convirtieron en estatuas de sal. El inexorable paso del tiempo fue
desmoronándolas y hoy sus restos llegan a nuestras mesas en artísticos saleros.
Rodolfo Lobo Molas. Periodista, poeta y narrador catamarqueño. Por otro lado, se desempeña como piloto de avición civil. Dirige en Catamarca la Revista Digital Catamrca Press. Apasionado del microrrelato ha ganado numerosos concursos literarios y figura en varias antologías virtuales y en papel.