viernes, 31 de mayo de 2019

ANÍBAL SILVERO (‬Misiones)



Engaño
Se engañaron mutuamente. Él jamás le contó que tenía una imaginación enfermiza. Ella jamás le confesó que sólo era un fruto de su imaginación.

La historia de un microcuento
El microficcionista se propuso un día escribir un microcuento.
Observó entonces que el mundo estaba lleno de gente, el mar rebosante de agua y el universo pletórico de estrellas. Y a su vez, advirtió que la materia estaba repleta de millones de átomos con millares de moléculas.
Pero notó con asombro, oh curiosa inspiración, que su cabeza estaba completamente vacía.

Felicidad infinita
Un hombre infinitamente feliz invitó a un hombre finitamente feliz a ser feliz para siempre. Dice la leyenda que, por miedo a morir, el hombre finitamente feliz no aceptó, y se perdió de ser feliz eternamente.

La experiencia
Juan estaba convencido que si apagaba la luz con suficiente rapidez, podía ver la obscuridad. Así fue que ensayó una y otra vez, intentando bajar tan aceleradamente el interruptor, como para lograr su utópico objetivo. En una oportunidad creyó lograrlo, un relámpago instantáneo se manifestó ante sus ojos. Recuperado del shock, notó que simplemente había metido el dedo en el enchufe.

Adán y Eva
Aquí hay algo raro, pensó la serpiente, y tentó por vigésima quinta vez a Eva, ésta ofreció por vigésima quinta vez a Adán y éste a su vez, mordió por igual número de veces el fruto prohibido.
Qué cosa más deleitosa es el vicio, pensó la mujer. Qué extraña sensación de repetición, se dijo el hombre. Qué fracaso de tinieblas, exclamó el diablo.
Y Dios siguió observando su cambiante y complejo universo, desde la eternidad.
La cuarta parte de la felicidad
Consigue la cuarta parte de la felicidad, le había dicho el maestro Nanges, y la conseguirás toda. Así que Eleuterio había recorrido medio mundo y se había expuesto a mil situaciones para encontrar esa cuarta parte. Cuando volvió decepcionado, fue a ver a su maestro y éste, que nunca había salido del pueblo, señalando con su mano el corazón, le dijo: «Qué mal que buscaste, hijo, qué mal que buscaste». 

Aníbal Silvero, (Posadas 1969). Poeta y narrador  misionero, Presidió la SADE de la Provincia de Misiones, entre 2009 y 2017. Ha desarrollado una extensa tarea literaria y ha recibido numerosos premios y distinciones por ella. Entre sus publicaciones, podemos mencionar Cenizas del Tiempo ─su primer poemario que se publicó en 1999 y ese mismo año se consagró con el Premio Arandú─, Cuentos sin Fronteras ─editada en España─, La Muralla del Verso ─editada por el Consejo Federal de Inversiones (Pemio nacional de Poesía), y Cuentos sin Espacio ─publicado por la Casa de la Moneda─. Su obra poética puede encontrarse fácilmente en la web. Reside en la ciudad de Posadas.