Gabriel y el mosquito
Un mosquito
vive en el auto de Gabriel.
Gabriel
supone que se metió de polizón en las cercanías de Retiro, cuando iba a esperar
a alguien.
Lo vio
revoloteando como si examinara el tapizado de los asientos, el espacio de
vuelo; paseándose por delante del parabrisas con actitud provocadora. Después
emprendió una veloz carrera hacia él, desafiante, como si quisiera provocar un
duelo cuerpo a cuerpo entre los dos; pero Gabriel, por pura casualidad, prendió
el aire acondicionado y la ráfaga empujó al mosquito hacia atrás impidiéndole
volar, como un viento huracanado.
«A veces lo
dejo picarme como si no me diera cuenta, y cuando no lo aguanto prendo el aire
y lo dejo luchando contra el viento», dice Gabriel.
No ha vuelto
a abrir las ventanillas, porque no quiere que se vaya.
Tragedia
Ella pasa
corriendo enfrente de todos a gran velocidad. «¿Me ves?», «¿Me ves?», «¿Pueden
verme?», pregunta con desesperación, y todos le responden que sí. Ella estalla
en llanto. Un hombre se le acerca y le pregunta qué le ha pasado. La criatura
se seca las lágrimas y por detrás de las trenzas contesta «Había aprendido la
fórmula para desaparecer, pero se me había olvidado»
Alguien gritó…
Alguien gritó
preguntando mi nombre.
«Jonás»
respondí.
Y me volví a
la ballena.
Sylvina Bach nació en el 75 y según sus propias
palabras es «Psicóloga y escritora, profesiones que conjugan la posibilidad de
profundizar en el conocimiento de la vida y la naturaleza humana, por eso las
dos cosas me apasionan. La historia de amor con la poesía y la literatura nació
en mi infancia y enriquece mi vida.»
He editado el libro de poemas Cuadernos de
Jonás, participa de numerosas antologías literarias y es autora de otros libros
de poemas y microrrelatos que aún permanecen inéditos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario