Mientras te espero
Por aquel
entonces, él ya estaba harto de su vida acompasada y metódica.
El primer
aviso llegó de sorpresa: ella lo visitaría pronto. Él estaba muy ocupado ese
día, debía revisar unos informes para presentar cuanto antes en la oficina de
Recursos Humanos. Se alegró por la noticia y dejó que su vida transcurriese al
ritmo que determinara el tiempo.
El segundo
aviso fue más conciso. “Llego mañana por la tarde”. Era jueves y el mes estaba
próximo a finalizar, el jefe le rendiría cuenta de las estadísticas de ventas
de la última temporada. Debía preparar los documentos, no tenía tiempo de
desarrollar ansiedades previas a la
visita.
Al día
siguiente, ya se encontraba desocupado y sin ganas de hacer nada más. Era un
hermoso día de verano, el sol brillaba soberbio y el aire de febrero invitaba a
reposar la tarde en la galería.
El tercer
aviso era el que aguardaba: La Muerte llegaría en dos horas exactamente. Preocupado,
se puso su mejor traje, se peinó con esmero y salió a buscarla, casi corriendo,
para llegar a tiempo y no hacerla esperar. No pudo. Una extraña descompensación
lo derribó a medio camino. Ella había llegado al encuentro antes de tiempo.
¿Dónde estará?
Mamá no
aparece. ¿Dónde está mamá? Se fue anoche y no volvió. Mis hermanos están muy
tristes. A papá lo vi angustiado y haciendo llamadas telefónicas a todas
partes.
¿Dónde estará
mamá? Ya es hora de dormir y no puedo porque no dejo de llorar. Papá no viene a
consolarme. Dice que está muy ocupado, que tiene que terminar cuanto antes ese
pozo profundo que está haciendo desde esta mañana en el patio…
Princesa
La princesa
que había en ella se visitó de pordiosera y salió a buscar el amor barato de un
lacayo del rey. Pero no lo consiguió y tuvo que seguir besando la piel fría de
un príncipe convertido en un ridículo anfibio.
Medusa.
Mientras
Perseo se acerca haciendo brillar su
amenazante espada, Medusa maldice a la intolerancia de la sociedad, incapaz de
aceptar a los cultores de aquellos raros peinados nuevos.
Ya con el filo
de la espada en su garganta, piensa que hubiese preferido perder la cabeza por
un hombre.
Buen partido
Ella era un
buen partido. Aunque de esos llenos de emoción pero con pocos goles, en los que
ningún equipo sabe realmente aprovechar la oportunidad grandiosa, todo termina
con amargo empate y nadie festeja de verdad.
Lucila Rosario Lastero nació
en Buenos Aires, en 1978. Se radicó en Salta en 1980. Profesora en Letras por
la Universidad Nacional de Salta.
Recibió
varias menciones y premios literarios en concursos nacionales de cuentos.
En el año 2007 ganó el Primer premio en los Concursos Literarios anuales de la
Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta, por el libro de cuentos No
habrá nunca una puerta. En el año 2010 ganó una beca en el “Concurso
Becas para artistas y escritores del interior del país, Especialidad Letras”
del Fondo Nacional de las Artes. En el año 2011 ganó nuevamente el Primer
premio en los Concursos Literarios anuales de la Secretaría de Cultura de la
Provincia de Salta, esta vez en el género Poesía, por Tres heridas.
Integra las Antologías Monoambientes. Microrrelatos del Noroeste
argentino (Rogelio Ramos Signes comp., 2008), Eva decidió seguir
hablando(Raquel Guzmán y Miriam Fuentes comp., 2009), Basta. Cien mujeres
contra la violencia de género(Macedonia Ediciones, 2013), Todo el país en
un libro (Sergio Gaut Vel Hartman comp., 2014), Antología
Trinacional “Borrando Fronteras” 2014 (Macedonia, 2014) y Regreso en
Breve (Ed. El Mono Armado (2015)
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