AMAZONAS
Se escondía en el alma el cardo de la inclemencia,
era casi como una reacción atávica contra la injusticia.
Tomó el martillo y golpeó la mesa:
-No jugarás a ser Dios, diminuto manipulador de
papel, el cuerpo de una mujer es agua pura, un oasis sagrado que de ahora en
más te será negado. Nunca más una mueca de dolor será por tu culpa- y dicho
esto fue entregado a la horda de mujeres justicieras que esperaban ansiosas al
primer sentenciado.
EL VIOLÍN
El violín suena en la frontera de la tarde, la luna
se avienta enloquecida por la ventana y ella gime, casi recostada a sus pies,
abrazada a las rodillas de ese hombre que le enloquece el alma con los trinos
del instrumento.
La transporta, está totalmente entregada,
obnubilada, hipnotizada.
Se despoja del vestido.
Él la mira sonriente, conocedor de los secretos de
su música.
Se distrae un segundo y las notas se detienen.
Ella parpadea como despertando, encontrando su
cuerpo semidesnudo ante él (se asusta y se cubre los pechos con los brazos).
El hombre vuelve a aniquilar el silencio con las
notas y la mujer entra en trance nuevamente.
Será una noche tranquila.
Él con su música, ella con la danza en el salón,
haciendo eclipsar a las sombras con su cuerpo desnudo.
UN PRECIO MÓDICO
Los espejos gritan abusivos una verdad que no merece
conocer.
Se sienta, enorme, en el sillón y acerca la cartera
de la inmortalidad.
Delinea ojos, contorno de labios, máscara de
pestañas, base en el rostro, cremas para arrugas, color a los labios, turquesa en
párpados, carmín a los pómulos.
Una pastillita para el alma, un porro para la
melancolía.
Un whisky para levantar el ánimo y ya está lista
para enfrentar esta insólita vida.
Abre la puerta y se para en el marco, limpiándose
con la mano la transpiración del escote.
Los clientes escasean pero no pierde la impía
esperanza, que ya flaquea y por ratos se tira a morir, y sigue aguardando a que
llegue el amor a su puerta y pague un precio módico por compartir su miseria.
AJEDREZ
-Jaque mate
-¡Mierda! Que le voy a hacer, ¡es tuyo!
Pedro abre la puerta y explica en tono educado.
-Tras una evaluación concienzuda de tu tarea en la
tierra, Dios Todopoderoso ha determinado que no podrás entrar al Paraíso. Lo
lamento.
Le indicó el camino y cerró la puerta metiendo
tabaco en la boca, mientras se sentaba en el banquito a observar el siguiente
juego entre el luminoso y el oscuro.
-Para la próxima, será una partidita de truco-
retruca el Todopoderoso guiñándole un ojo al cornudo rojo, mientras le hace una
seña a su acólito para que le acerque un whisky.
SALIR Y SER
Se avienta a la naturaleza pérfida de sus noches.
Gruñe y teme.
Se escabulle.
Busca el silencio tozudo y la oscuridad palpitante.
Quiere evitar las miradas y desaparecer del camino
del bípedo destructor.
Retoza entre las hojarascas y resuella buscando
alivio a la lujuria de su soledad.
Quiere ser rozada y protegida.
Penetrada y salvajemente mordida. Quiere a la noche
en su cabeza y un macho que le dé lo que su cuerpo de hembra ansía, y lo que el
tiempo en su estirpe exige... un hijo que la mantenga fresca en la memoria de
la tierra.
Quiere su sangre dando tropiezos por entre los
matorrales, riéndose del hambre y jugando con su presa.
Que un día pueda erguirse y caminar, sortear la
tortura de una maldición que la obliga a mimetizarse con la selva y alimentarse
de carroña.
Amanece y retorna, sigue herida en su soledad, la
matriz aun está vacía y amenaza con secarse.
La luz cubre la entrada a la cueva y la somnolencia
vuelve a sumirla en la certidumbre (¿o es la utopía?) de que algún día ella
podrá salir y ser.
Diana Beláustegui. Escritora santiagueña, amante del género negro. Una de las voces más representativas de la narrativa de terror en Santiago del Estero. Ha integrado grupos literarios (Por ejemplo "La jeta literaria") y participa de diversas antologías. Poco tiempo atrás publicó su libro "Escorpiones en las tripas". Vive en Santiago del Estero
Diana Beláustegui. Escritora santiagueña, amante del género negro. Una de las voces más representativas de la narrativa de terror en Santiago del Estero. Ha integrado grupos literarios (Por ejemplo "La jeta literaria") y participa de diversas antologías. Poco tiempo atrás publicó su libro "Escorpiones en las tripas". Vive en Santiago del Estero
No hay comentarios:
Publicar un comentario