La salida de Asterión
Harto de estar encerrado, decidió
salir de su casa y viajar…
Entre todos los lugares que pudo elegir, decidió visitar Buenos Aires, no
por el Río de la Plata, ni por su capital cultural, en lo más profundo de su
ser, necesitaba conocer a su verdadero
padre.
Docencia I
La profesora dijo a sus alumnos
“¿Alguna pregunta?”
Un alumno en el fondeo del aula,
sin levantar la mano dice “¿Para qué mierda nos sirve esto?”
La docente, desfigurada, busca en
su lista al alumno insolente, pero no lo encuentra (¿cómo puede ser que a mitad
del año aún no sepa los nombres de sus alumnos?).
El resto del alumnado, guarda
silencio.
El alumno del fondo se rie y
grita “¡MEDIOCRE!”.
La docente, iracunda, lo hace
calla y apuntando con su dedo índice comienza a vociferar un discurso sobre la
educación, el respeto a los mayores, mientras que de sus ojos caen dos lágrimas
de frustración.
Los alumnos, desconcertados,
miran cómo la docente, totalmente histérica, señala y grita al fondo del curso,
en donde no se encuentra ningún alumno.
Despertar
Conocerlo, fue casi un sueño.
Con la primera cachetada, me
despertó.
Las que siguieron, convirtieron
mi vida en una pesadilla.
El puñal en su pecho, me liberó.
Idus
Cerró los ojos e intentó
recordarla.
Sólo su mirada se le vino a la
mente.
Sus ojos negros, profundos… Esa
mirada que lo conquistó.
Ninguna batalla fue tan difícil
como intentar renunciar a esa mujer…
Segundos después abrió los ojos
por última vez:
-¿Tú también Brutus?-
La niña
Tras varias semanas sin grandes
novedades en la televisión, una madre llora frente a la cámara de un noticiero
por la desaparición de su hija.
Nadie sabe de la niña. Todos la
buscan. El país llora su desaparición.
Al descubrirse la verdad, todos
los periodistas acuerdan guardar silencio. Si se supiera que descansa bajo las
flores de su propio jardín, el noticiero se quedaría sin madre, sin lágrimas ni
dramas, al fin de cuenta, lo que importa es el
Rating.
Despedida
Vi cuando el colectivo hizo
marcha atrás y a toda la gente que saludaba eufórica a sus seres queridos, que
también partían con él, yo sólo logré hacer una mueca... no pude soltar una
palabra.
También, observé que en su rostro
rodaban un par de lágrimas... y creo haber leído de sus labios "te
amo".
Regresé a casa con el corazón
destruido, me recosté e intenté dormir…
Dos horas después, el teléfono sonó
y supe que jamás volvería a verlo.
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