La
lujuria
—Definitivamente me gustan las negras y si son
culonas, mejor.
—Yo no soy pretencioso, la que venga, pero tengo mis
reparos con los colores extravagantes.
—¡No tengo límites!, me cargue una viuda, y a la
tarde una embarazada.
—Mi categoría impide ocuparme de la familia, por eso
prefiero lo promiscuo. No te descuides, al grandote lo contagió una enlutada en
pleno gaudeamus.
—No tengo miedo, mi mujer hace lo mismo, no le
importa nada.
—Tomo mis precauciones, siempre me fijo bien en los
rojos y amarillos brillantes.
Los sapos conversaban a la orilla del charco,
midiendo sus pegajosas lenguas en actitud de disputa, por las arañas, que
pendían de las telas.
Amor
prohibido
El gato siamés la acompaño muchos años. Murió de
viejo. El felino fue fiel en las malas y buenas. Ella decidió llevarlo a un
cementerio de animales. Una pradera pequeña pero acogedora. El desconsuelo la
agobiaba. Sus amigas acompañaban el cortejo.
—No te ofendas amiga, ¡pero sólo era un gato! ¿Por
qué tanto duelo?
—Él fue testigo de mis íntimas miserias, guardó el
secreto hasta el final, comentó entre lágrimas la perra labradora.
Sigmund
eterno
Las almas en gracia viajaban de cielo a cielo
buscando algún doliente a quién ayudar. Por el contrario, las almas en pena se
quedaban en el cielo de origen con la obsesiva intención de molestar a los
depresivos. Ante tal situación el Alma Mater, creó un sexto cielo. Era la
opción para los espíritus histéricos.
Oftalmología
El insomnio lo hizo recorrer una decena de
consultorios médicos. El clínico le recomendó ir a un gimnasio, que debía
cansar su cuerpo. El neurólogo luego de los estudios relacionados con el
Alzhéimer, le recetó ansiolíticos, pero sin resultado. Por fin dio en la tecla
con el oculista.
— ¡Con estos anteojos no verá la pobreza, ahora
podrá dormir tranquilo, señor intendente!
Caricias
sin dueño
El joven no fue beneficiado por la belleza. Las
mujeres no accedían a brindarle afecto. Se enamoraba con frecuencia sin ser
correspondido. Cansado de esperar respuesta, tejió una cesta de mimbre muy
cabedora. Los años de soledad lo hicieron perceptivo a la ternura. A las
mañanas, temprano, ponía su bolsa al hombro y salía a recoger las caricias que
desangraban los amores decepcionados.
Víctor Hugo Ledesma
Bessone (La Banda - 1954) Docente, poeta y narrador santiagueño. Dedicó su vida
a la docencia y en los ámbitos educativos de Santiago del Estero es ampliamente
conocido. Fue director del Colegio San Jorge y
posteriormente se desempeñó como Secretario Académico de la Universidad
Nacional de Santiago del Estero donde continúa a la fecha. Lleva publicados 11 libros de poesía, cuento
y novela entre los que se destacan Destellos en un espejo roto, El buscador de
esencias y su máscara roja, El túnel del Rata y Baltasar punto y seguido. En la actualidad es secretario de la Sociedad
Argentina de Escritores, Seccional local. Obtuvo la Faja de Honor de la
SADE 2014 por su novela El túnel del Rata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario