EL CIELO INVERSO
En el patio
de mi casa, había un pequeño charco. A
través de él se veía la fabulosa comba del cielo. Había luna llena y las
estrellas tenían un resplandor total. Iba a pisar el charco cuando una extraña
sensación me detuvo. Por un momento tuve miedo de aquella inmensidad que estaba
a mis pies. Temí dar un paso y hundirme para siempre en el vacío sin término.
Entonces arrojé ña piedra en el centro del charco y el infinito se borró.
LA NIÑAY LOS CUADROS
Acompañada
der su hija de seis años, la mujer entra al supermercado. En la galería lateral,
frente al amplio comedor, hay una exposición de cuadros, unas doce o quince
piezas de escandalosa mediocridad. La mujer se detiene para saludar a una
amiga, mientras la niña se acerca a la pintora. Esta le dirige algunas palabras
y de repente la niña sale corriendo. Cuando su madre quiere saber lo ocurrido,
la niña explica:
―la pintora
me amenazó con regalarme un cuadro.
UNA PALOMA PARTICULAR.
Había estado
mirando esa paloma a través de la vidriera. Era blanquísima y tenía la
cola como pintada con retazos del
arcoíris. Un ejemplar rarísimo. Entró en la veterinaria y la compró. No bien
estuvo en la calle, abrió la puerta de la jaula y la soltó. La paloma ensayó un
breve vuelo circular en la vereda y se
perdió sobre el techo de la veterinaria. Las hojas de los árboles cercanos se
movieron levemente. No había viento.
EL FIÓSOFO Y EL ABISMO
El filósofo
se acercó al abismo y el abismo tembló. Había una sola opción: devorar al
filósofo, succionarlo antes que fuera demasiado tarde. Cuando iba a hacerlo, el
filósofo habló. Y el abismo fue devorado por el filósofo.
EL DÍA
Era el día
indicado. Se levantó más temprano que de costumbre. Se afeitó cuidadosamente,
se duchó, se perfumó y eligió su mejor traje. Se miró por última vez en el
espejo y buscó el arma. Debía saldar la cuenta. Se llevó el arma a la sien.
Presionó el gatillo. Disparó.
Enrique Gamarra nació
en el Chaco. Es profesor en Letras y su producción incluye los libros de poesía
Ademán (1965), Las raíces (1972), Ramón (1973), La luz tiene una espada (1980),
Ruido de pájaros (1983), Allá van los siriríes (1987), Los ritos (2002), Porque
estas en el mundo (2007) y Antología poética (2010).
En narrativa publicó
Florecen los aromos (1988), De espaldas al cielo (1989), La sombra del gorrión
(1993), Aquel olor a humo (1994), Fogata en la llovizna (1997), Los ciclos
(2003), La punta del bastón (2008), Rosario y la Serenata (2008) y Al sur de
todas partes (2010), además de El libro de las notas (2012), con sus
publicaciones en NORTE de 1987 a 2012.
Recibió el Premio
Fondo Nacional de las Artes, el Premio de la Secretaría de la Nación y la Faja
de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (Sade).
La fotografía que
ilustra la presente nota, fue tomada del
sitio Web Letras de Chaco: http://letrasdelchaco.blogspot.es/categoria/literatura/
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