Biblioteca
mitológica I
Minotauro
está en el centro de la estancia. Aprieta sus puños y bufa. El sudor brilla en
su testuz y la sangre tiñe su morrillo. Va a atacar.
Enfrente
Teseo, tenso en el traje de luces, estoque escondido, agita el capote rojo que tejió
Ariadna con su insigne hilo.
Las
causas ocultas
—¡Me
tenés podrida con llamarme «La Bruja» delante de tus amigotes! ¡Tengo nombre,
carajo! ¡Si querés que sea bruja, entonces vas a ver! ¡Mirá cómo salgo
gritan-do: «¡Soy una bruja, soy una bruja!» —le dijo Elizabeth How a su marido,
mientras salía a la calle, a grito pela-do, rompiendo la calma veraniega de
aquel 15 de julio de 1692 en la tranquila villa de Salem, en la colonia de
Nueva Inglaterra.
Queronea
Adelante estaba Alejandro, hijo de Filipo de Macedonia, y
sus hetairoi. Aquí estábamos nosotros, el Batallón Sagrado: ciento cincuenta
parejas de amantes, todos hombres, dispuestos a dar la vida, sin contemplaciones,
por nuestro compañero amado y por nuestra querida polis de Tebas. El río
Kephissós corría, tranquilo, a nuestra derecha con sus aguas buscando el lago.
Ese día lo teñimos de rojo. Fuimos trescientos de a pie contra mil ochocientos
jinetes. Tres oleadas de caballería mandó Alejandro. Las dos primeras
inutilizaron nuestros escudos y la tercera tuvo que matarnos para superarnos.
Mi amante y yo, fantasmas, continuamos buscándonos entre el
río y las colinas. El Kephissós sigue su marcha. Nunca nos iremos con él.
Espíritus extraños
Ya me pasó otras veces. Miro en el espejo del zaguán de la
vieja casona, y la veo allí. Giro la cabeza hacia el rincón, y está vacío. De
madrugada suele despertarme su “ñac-ñac” y ya no puedo dormir en toda la noche.
¿Cómo se deshace uno del fantasma de la vieja mecedora de
madera y mimbre que perteneció a mi padre, a la que se le rompió una pata y fue
quemada con la basura una tarde de invierno de mil novecientos setenta y dos?
Siseneg
Seis días antes, murieron los
animales. Cinco días antes, la lluvia mató toda vegetación. Cuatro días antes,
la niebla borró cielo y firmamento. Tres días antes, el caos mezcló las aguas y
la tierra. Dos días antes desapareció el hombre. En el último día, dije
"apáguese la luz". Después, descansé.
Cuatro
micros de Daniel Frini
Apenas minutos antes de la orden de ataque
—¿Cómo
que llamás desde Córdoba? ―dijo, con asombro y mirando al auricular — ¿Cómo
conseguiste hablar con el Cuartel General? ¡Dale! ¡No es momento para bromas!
¡Por aquí todo está dado vueltas y no tenemos tiempo para conversar! ¡No mamá,
no estoy con mis amigotes! ¡No, no estamos tomando nada! Es difícil de
explicar, mamá, pero no podemos —repito: no podemos― hablar ahora. Estamos en
alerta rojo y es una situación crítica, mamá ¡No, el idiota del Chicho no está
conmigo! ¡Y el Lechu tampoco mamá! En este momento el General en Jefe está
dando las últimas directivas antes de… ¡No, mamá, ya no salgo con Fernanda! ¡Y
no es una trolita, mamá! Oíme, tengo que cortar porque me llaman de
Planificación de Operaciones y tengo… ¡Hace años que no juego mamá! ¡Y acá no
hay casinos! Tengo a cargo una división de Infantería de Marina y nos
preparamos para… ¡No mamá! ¿Y qué hacés en Córdoba? Te avisé hace tiempo que no
debías ir para allá ¡Y te rogué que me hicieras caso! No, mamá… No… Te lo
repito, ahora… No... ¡Que te tenés que ir de ahí! ¡Ya! ¡No me importan tus
amigas mamá! Me están llamando para… No, mamá. Mis soldados están esperándome.
Si, mamá. Te lo ruego, ándate ya mismo. Daré la orden para que una nave de
rescate pase a buscarte… ¡No, mamá, dejá la perra ahí! ¡Y tampoco podés llevarte
las begonias! ¡Mamá, la nave solo tiene lugar para vos! Que no, mamá ¡Soy
Comandante Imperial de la Fuerza de Invasión Marciana a la Tierra! ¡Córdoba
será uno de nuestros primeros objetivos y vos no deberías estar allí de
vacaciones, mamá!
Daniel Frini (Berrotarán provincia de Córdoba, Argentina, 1963) es Ingeniero de
profesión, escritor y artista plástico argentino. Redactor y columnista en
varias revistas, colabora en blogs y e-zines (Axxón, Minimalismos, Medio Siglo,
Químicamente Impuro; Ráfagas, Parpadeos; Breves no tan Breves; La Oveja Negra;
Axxón; Micrópolis; miNatura; Plesiosaurio: Insolito e fantástico y Pegasus
entre otros). Participó en varias antologías de narrativa y poesía. En 2000
publicó “Poemas de Adriana” (Formato digital, Ed. Libros en Red, Buenos Aires);
y tiene varios libros de relatos, inéditos. En 2015, la Editorial Micrópolis de
Lima, Perú, publicó en papel “Manual de autoayuda para fantasmas”. Algunas de
sus obras fueron galardonadas con varios premios y traducidas a varios idiomas.
Participó como jurado en varios concursos. Integró el Grupo Literario
“Heliconia” y coordina, actualmente, el Taller Literario Virtual “Máquinas y
Monos” de la revista digital “Axxón”.
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