lunes, 29 de mayo de 2017

LAURA NICASTRO (Buenos Aires)



MINOTAURO 
A veces, cuando en la penumbra de algún atardecer la luna del espejo me asalta a traición, distingo el brillo de la locura en su reflejo azogado. Inclino sus aletas laterales hasta que rozan mi cabeza. La imagen se multiplica en infinitos túneles verdosos.
Acomodo la más aguda piedra que imaginar pueda entre los pliegues de mi túnica blanca. Mi corazón es un ave frenética de miedo.
Oigo sus cascos que se acercan desde el final del túnel. Ya veo su testa bicorne, su belfo, me huele. 
Tiemblo. 
El Minotauro se excita. Trota. 
Lo espero sin moverme. 
Apunto a su frente, sin respirar, para no errar el blanco. 
Voy a lanzar la piedra. 
Vacilo. 
Silencio. 
Abro las aletas del espejo y el brillo temido desaparece, se pierde en los túneles. 
Una ojeada plana descubre el límite del delirio. 
Temo que algún atardecer olvide cómo se abren las aletas del espejo y quedemos, el Minotauro y yo, del mismo lado. 

ORLANDO SIGLO XXI
Me violaron a los nueve años. Algunos dijeron que usaba la pollera demasiado corta. A él le prescribieron un tratamiento para recuperarse.
En mi adolescencia fui obrero textil. Una madrugada me arrojaron del tren para robarme el sueldo. Perdí una pierna y un brazo. El otro se cobró los intereses que le debía una sociedad ingrata, dijo la prensa.
Aunque incompleta, seguía siendo una mujer hermosa. Me enamoré de un hombre rico.
Nuestro hijo fue atacado y muerto a puñetazos a la salida de un local nocturno. Era una broma de jóvenes, alegaron.
Un grupo de idealistas me raptó porque yo era un hombre rico. Pidieron un rescate exorbitante por lo que de mi quedaba.
Yo pondría la otra mejilla, Señor, pero la tengo llena de cal.

MEDICINA MODERNA 
Le dolía la cabeza al caminar. Por error, le hicieron una radiografía de la cadera. 
- Hay que operársela –diagnosticaron. 
Le sacaron la cabeza de fémur. Ahora camina sin dolores y sin memoria. 

SÁBADO PROMETE FIESTA
Sábado por la mañana en el mercado. El cielo está gris y llovizna. El joven pollero Ernesto, guardapolvo impecable, confía en voz alta:
-El miércoles cumplimos nuestro primer aniversario de casados- dice-. Me gustaría regalarle un anillo con un brillante a mi mujer.
María, la verdulera lustrosa y gordita, suspira:
-¡Ay, no sé! Será que yo soy una mujer de gustos sencillos, pero a mí me gustaría otra cosa, algo más simple, más…, más…
Se ha puesto colorada y mira de reojo a su compañero Santos, quien sigue frotando manzanas Red Delicious con un paño y calla.
María tenía razón. Después de años (el pollero divorciado) y ella siguen juntos.

UN TROPEZÓN EN LA VIDA 
Don Tomás levantó la vista y tropezó. Él, ya tan poco afecto a admirar al género femenino, quedó impactado. La muchacha avanzaba hacia él envuelta en un vestido de gasa floreada que la transformaba en flor. Su andar, su figura, le resucitaron una emoción olvidada hacía mucho. 
Decidió esperar a que ella pasara para comenzar una conversación. Pero ¿cómo? Quizás después podrían volver a encontrarse, salir (la esperaría en la puerta de calle con un ramo de rosas), tal vez una cena (imprescindible con velas, un ventanal frente al río), presentarla a su círculo familiar. Necesitaría un período de adaptación generacional a todos ellos, claro. Y casarse (pensó), optar entre una fiesta íntima o no, ¿dónde sería la luna de miel?. Tendrían hijos (tres varones y una mujer, sí, eso), él debería comprar una casa nueva (jardín sí, nada de perros ni de gatos, no señor), habría rutinas escolares, fiestas infantiles (le convenía reservarse un rincón inaccesible en la nueva casa), carreras profesionales (podría tramitar becas), nietos...
Ella estaba a medio metro y él no sabía cómo encararla. De pronto, quitándose el sombrero, atinó a preguntarle: 
- Señorita, ¿usted juega a la quiniela? 

EN CASA DEL HERRERO 
La lima reinaba en la herrería porque ningún metal podía con ella. 
Un día entró una vieja serpiente y empezó a roerla. Creyendo que el reptil se la quería comer, la lima le dijo riendo: 
- ¡Qué tonta! Si yo deshago el mismo hierro, ¿cómo vas a romperme? 
A lo que contestó la serpiente: 
- Sólo estoy afilando mis colmillos gastados. 
Y se fue, sinuosa. 

Laura Nicastro es argentina. Nació en Buenos Aires, donde cursó estudios de filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Vivió en Alemania durante dos años. Comenzó a escribir a su regreso del exterior. Asistió al taller de Abelardo Castillo, donde tuvo la alegría de ver publicado el primer cuento (La corona y el premio) en El Ornitorrinco. Sucesivos textos aparecieron en diferentes suplementos literarios y revistas argentinos y extranjeros. Los libros publicados hasta la fecha son: Los ladrones del fuego - Cuentos (Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1984), Oyó que los pasos - Cuentos (Ed. Corregidor, Buenos Aires, 1987), Intangible - Novela (Grupo Editor Latinoamericano / GEL, Buenos Aires, 1990), Pueblos de Arena - Relatos (GEL, Buenos Aires, 1992), Libro de los amores clandestinos - Cuentos (GEL, Buenos Aires, 1995), Jueves para siempre - Novela (Ed. de los Cuatro Vientos, Buenos Aires, 2005) 
Parte de su narrativa integra diversas antologías:
En 1985 recibió la Faja de Honor de la SADE y el Premio Arturo Mejía Nieto (Primer libro publicado) por Los Ladrones del Fuego. Intangible se hizo acreedor del Primer Premio del Concurso Ricardo Rojas, bienio 1990 / 91, otorgado por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue finalista del Iowa Writer ´s Workshop Programm (EE.UU.) , en 1988 y 1994, auspiciados por la Fundación Fullbright y Antorchas, respectivamente. En 1996 se adjudicó el Premio Alfredo Roggiano a la novela Jueves para siempre, que ese mismo año obtuvo una mención en el concurso Luis de Tejeda. La Fundación Victoria Ocampo premió el cuento La Tigra en su convocatoria del año 2005.
Actualmente, Laura Nicastro vive y trabaja en Buenos Aires, donde continúa con su actividad de escritora , además de coordinar talleres de producción cuentística.

La foto y la biografía fueron obtenidos del sitio http://lauranicastro.blogspot.com.ar
Los cuentos pertenecen a su libro e-nanos (Editorial Macedonia)