sábado, 8 de octubre de 2011

JUAN JOSÉ MARAÑÓN

Les ofrecemos cinco pequeñísimos micros de Juan José Marañón, quien es docente y santiagueño para más datos.





                                                                                    Fotografía de Antonio Cruz
Anexo

Escuela de adiestramiento canino, próximamente, molares e incisivos.


Relevo

Si Mahoma no va a la montaña... a Sísifo ¿Quién ayuda con la roca?


Elegancia

Habiendo recibido un hechizo de magia negra, compró zapatos a tono.


Edipo

El oráculo predijo lo que más tarde sucedería: Edipo destruye el banco de esperma.


Consigna

"Relacionar con flechas", escribió la maestra en el pizarrón. Consecuentemente, Cupido, arco en mano, abandonó la clase.

sábado, 1 de octubre de 2011

ADVERTENCIA INFLEXIBLE (Vicente Oddo)





                                                          Sin Título (Fotografía de Antonio Cruz)

Se lo previno claramente:
- Jamás consientas resignado el hecho de que debes morir algún día; pero llegado el momento nunca digas no cuando se te interrogue, a partir de ahora mismo y sin excepción alguna, si estás preparado para ello, pues tal negativa determinaría tu fulminante fin en el acto. ¿O preferirías en este preciso instante morir así?
- ¡No!

Del libro “Insignificancias”

XII ( Graciela Alicia López)





                                                                 Cielo de tormenta (Fotografía de Antonio Cruz)              

El vidrio de una tormenta resbala en el horizonte, se desplaza en la ventana del ómnibus. Destellos azules se mofan del suelo. Las fotografías se suceden unas a otras en el resplandor y no queda nada. Solo este suelo seco, esperanzoso, y nosotros con esta pequeña carga que ya no espera.
Una gota de agua rebota en el pavimento y en sí, las luces multiplicadas como una perla caída, rota, hecha milagro. Los viejos penitentes llegarán con su carro a la luna.
Las promesas son lo que más cansa. Ese cielo horrendo, caliente, ausente. No sabe que estamos abajo.
Y alguna vez también llueve, cae el agua. Entonces todo está callado, duele de tanto no pertenecernos. Sin el polvo suelto ya no podemos enloquecer.

Texto tomado del libro “Kilómetro mil ciento treinta y siete”

PRIMAVERA (Jorge Washington Ábalos)





                                                                 Primavera (Fotografía de Antonio Cruz)

La primavera se descarga de golpe en estas latitudes. Un día, como el de hoy, al levantarse uno a la mañana advierte que las flores de los garabatos ya están en el ambiente aromatizándolo con su cálido perfume que se puede palpar, casi, con la lengua.
Las ckellusisas alfombran el paisaje en estallido de flores amarillas. Las abejitas silvestres acarrean el polen, diligentes; ellas vienen a levantar agua en las filtraciones de la tina, en este fin de invierno con sus meses de seca.
Ya se ven en los árboles los doseles de “hilos de la virgen” (o “babas del diablo”, como uno prefiera), briznas de tela de las arañitas esas que van por el aire – viajeras insólitas – suspendidas de sus tenues paracaídas de una sola hebra.
La naturaleza toda comienza a movilizarse. Los pájaros cantan, buscando pareja, mientras rayan el aire con sus vuelos. Los abejorros ronronean su pesado andar.
- Se va a poner lindo el campo este año señor.
- Es cierto, Elo – devolviéndole el mate vacío –, el campo va a estar muy alegre.

Extractado del  libro “Shalacos”, (Editorial Losada año 1985)