miércoles, 31 de diciembre de 2014

MICRORRELATOS DE RODOLFO LOBO MOLAS



La Mul’ánima

La condenaron a muerte en la horca por haber mantenido relaciones amorosas con un sacerdote. Mientras colgaba de la soga, se sintió un ruido de cadenas y ella expiró con un último relincho.


Perder la cabeza
A Rosa Beatriz Valdés

Nunca entenderé como hay hombres que pierden la cabeza por una mujer
-meditaba Juan en las sombras- mientras Salomé le sacaba brillo a una bandeja de plata.


 El carpintero
A Teresita Flores

José revisaba las maderas recién llegadas a su carpintería. Separó un grupo de ellas pensando que deberían estacionarse más tiempo para un mejor secado y mayor robustez. Y así fue: treinta y tres años después -secas ya- se erguían sólidas y en cruz  al final del Calvario.


 Hiroshima

En segundos todo fue un caos indescriptible. La vida aparentaba haber desaparecido. Ella se sacudió el polvo que la cubría y se levantó de entre las ruinas: sus ojitos azorados vieron el espanto. De pronto asomó otra cucaracha y juntas se escabulleron por entre los escombros


La cigarra y la hormiga

La hormiga se preparaba para enfrentar el invierno. El gato subió por el tronco del árbol, pasó a la hormiga que iba con su carga y cuando estuvo a punto de comerse a la cigarra, ésta le dijo: –no nos dejes sin fábula.


 Salinidades
A Jorge Paolantonio

La historia bíblica de Sodoma y Gomorra en verdad también ocurrió en otras partes, solo que las Sagradas Escrituras no lo consignan.
Es así que en muchos lugares –al igual que la mujer de Lot- otras mujeres se convirtieron en estatuas de sal. El inexorable paso del tiempo fue desmoronándolas y hoy sus restos llegan a nuestras mesas en artísticos saleros.


Rodolfo Lobo Molas. Periodista, poeta y narrador catamarqueño. Por otro lado, se desempeña como piloto de avición civil. Dirige en Catamarca la Revista Digital Catamrca Press. Apasionado del microrrelato ha ganado numerosos concursos literarios y figura en varias antologías virtuales y en papel. 


domingo, 14 de diciembre de 2014

MICRORRELATOS DE LUCILA LASTERO



Agua
Ella siempre veía el vaso medio lleno. Por eso mostraba todo el tiempo actitud positiva y nunca se quejaba, nunca agredía y nunca profería palabras que pudieran molestar al otro. Un día despertó radiante y vio el vaso no lleno sino llenísimo. El agua se desbocaba y caía torrencialmente por los costados.
La encontraron muerta por ahogamiento. El agua no tuvo nada que ver. Fueron las palabras que nunca dijo.

Hay que insistir
Todos dicen que él está perdiendo su tiempo. Pero él insiste.
Además, los pronósticos de los medios de comunicación son alentadores. Ya se sabe que una planta metalúrgica fue capaz de producir un anillo de oro. Y que una planta hidráulica provocó la formación de un océano. Un árbol genealógico produjo un héroe y hasta se encontró un camino a seguir en una planta del pie.
Mientras tanto, él sigue pidiéndole peras al olmo.  

Placard
Él le había jurado que no tenía ningún secreto que ocultarle. Instalaron sus vidas en la casa de él y fueron felices juntos durante algún tiempo. Pero finalmente ella se marchó. El hedor que salía desde adentro del placard le resultaba insoportable. 

Buen partido
Ella era un buen partido. Aunque de esos llenos de emoción pero con pocos goles, en los que ningún equipo sabe realmente aprovechar la oportunidad grandiosa, todo termina con amargo empate y nadie festeja de verdad.

La diva soy yo
“¡Redonda!”, me dicen. ¿Y a mí qué me importa? Si así, redonda como soy, los hombres no dejan de mirarme. Y hasta postergan todas las citas para ir a verme, y hablan de mí más que de cualquier otra cosa. Sufran, modelos, vedettes, mujeres todas, que en ganar la atención masculina soy la mejor. Y ni qué hablar de cuando mueren de amor por mí, viéndome rodar y saltar, divina, sobre el campo de juego.



LUCILA ROSARIO LASTERO
Nació en Buenos Aires, en 1978. Se radicó en Salta en 1980. Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Salta.
Recibió varias menciones y premios literarios en concursos nacionales  de cuentos. En el año 2007 ganó el Primer premio en los Concursos Literarios anuales de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta, por el libro de cuentos No habrá nunca una puerta. En el año 2010 ganó  una beca en el “Concurso Becas para artistas y escritores del interior del país, Especialidad Letras” del Fondo Nacional de las Artes. En el año 2011 ganó nuevamente el Primer premio en los Concursos Literarios anuales de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Salta, esta vez en el género Poesía, por Tres heridas. Integra las Antologías Monoambientes. Microrrelatos del Noroeste argentino (Rogelio Ramos Signes comp., 2008), Eva decidió seguir hablando (Raquel Guzmán y Miriam Fuentes comp., 2009), Basta. Cien mujeres contra la violencia de género (Macedonia Ediciones, 2013), Todo el país en un libro (Sergio Gaut Vel Hartman comp., 2014), y la Antología Trinacional “Borrando Fronteras” 2014 (Macedonia, 2014)