lunes, 31 de julio de 2017

CARINA ITALIA MANASSERO (Córdoba)


MAR Y MONTAÑA

Bostezaba la tarde. Ellos  jugaban. Se enredaban terrosas las manos pequeñas.
La noche abrazó a los niños. Se despidieron. Él marcharía lejos. Le traería caracoles,  vientos marinos  y  arena blanca que la niña no conocía.
Muchos  crepúsculos matizaron esa infancia, pero  el viento  arrasó sus edades y una mañana, ya adultos,  se encontraron…
 Él venía con la mirada célica del mar que ella nunca visitó y traía en su piel los surcos de horizontes viajados. El cabello era del color de las arenas. ¡La luna lo había iluminado  tanto….! Ella olía a jazmín en su tez ocre, tenía  la mirada oscura de los cerros  y la cabellera salvaje.
 Ambos sintieron trotar sus latidos.
Él quiso  flecharse bajo la  sombra de su  molle…Ella,  sentir sus olas y naufragar.
 Él  fue  mar y arena ….Y ella bahía y montaña.


¿CÓMO SE OLVIDA__?

¿Cómo se olvida? …la había escuchado ronronear la frase que seguía :... Cómo se olvida el amor de un hombre que no puede amarte como vos lo haces?... recuerdo haber visto tristeza en su semblante… Y fui testigo de las rutas que escogió en el camino de la vida,  vi cómo aturdió su amor con aventuras pasajeras, la escuché reír de la boca para afuera... sedujo con su frescura al viento del norte, lo hizo manso y no lo buscó más, tampoco jamás lo volvió a nombrar y los años apergaminaron su cuerpo y un día… murió…
Enterramos  su cuerpo en el suelo terroso del cementerio del pueblo, y lo tapamos con un manto de césped y  flores amarillas. En  la misma tierra, compartiendo las mismas humedades lo enterraron a él, veinticuatro horas después. El eco de ¿cómo se olvida? Atraviesa el tiempo y escucho sus voces: dialogan desde el más allá:
 _Te moriste por olvidarme, le dice él_ ya ves… por fin te alcance, ahora puedo decirte, por fin puedo decirte, que no tenías que huir… solo tenías que aceptar mi forma de amar…
Yo, me fui, allí los dejé con sus reproches, sus miserias, sus huesos, sus errores…


EL AMULETO

Le gustaba la plata. ¡Y cómo! sobre todo si llegaba sin trabajo. Por eso lo del amuleto. Tenía efecto con  guita, fama y  mujeres. Un tipo feliz. La envidia de todos, porque lindo, lo que se dice lindo no era.
La cosa es que el amuleto se le perdió en el baño del casino sin que se diera cuenta. Notó su ausencia al concluir de apostar a la Martingala, cuando buscó frotarlo en el bolsillo de siempre, como acostumbraba. La certeza del acierto se transformó en probabilidad y estalló en terror cuando jugó rojo y salió negro.
Su compañera de turno lo miró mientras se desvanecía su sonrisa. Presionado por tantos ojos curiosos que lo habían envidiado siempre, duplicó la apuesta, otra vez colorado,  por todo lo que llevaba encima. La transpiración le mojó el calzoncillo, ahora tenía el pálpito de perderlo todo.
Siguió la bola y casi grita “ Bravo”, pero la bola se depositó en la oscuridad.
Vio el resplandor. Justo cuando el corazón dejó de latirle. Los paramédicos lo confirmaron. Infarto.  Al desprenderle la camisa, el amuleto cayó. Allí lo había colocado por temor a que se le cayera cuando fuera a orinar. Lo había olvidado.


LADRONES DE OJOS


” ¡Ojos que ven pasado y  futuro... Ojos miopes que deforman la realidad… Ojos tercos que ven siempre lo mismo… Ojos enamorados que  lagrimean… Ojos seductores… Ojos con arrugas de fruncirse por desconfiados….Elijan, señores, los ojos  que desean, tarareaba el vendedor ambulante que exhibía sobre su mantel estuches de ojos.
El Peludo y El Pelado se miraron. Uno charló al vendedor, el otro arrasó con el mantel.
Fue fácil encontrarlos. El peludo vendía predicciones en una esquina y ocultaba entre sus pelos los ojos que veían el pasado y el futuro. Y la cola de mujeres en la plaza, delataba la presencia de El Pelado, que usaba los ojos seductores.
Tras los barrotes, murmuraban que no fue una buena idea. El guardia cárcel cantaba “¡Yo vendo unos ojos negros…!” El calor se tragaba el aire y  encima, el sudor ardía en sus ojos, en esos ojos de malandras.



Carina Italia Manassero nació en Villa Carlos Paz, en 1967. Es Profesora de  Educación Pre-escolar,  de Magisterio Superior y  de Lengua y Literatura. Ha participado en la Antología Poética Letras en Flor, en los años 1995, 1998 y 2000. Publicó en  ReCién cumplidos por el Centenario de Villa Carlos Paz. En el 2013, presentó su nouvelle Más Allá del mar, en el marco de la Feria del Libro de Villa Carlos Paz. Ha participado en numerosos concursos literarios en donde fue seleccionada para diversas antologías. Desde el año 2013 es coordinadora de la Comisión organizadora de la Feria del libro de Villa Carlos Paz. En el año 2016, publicó Desde el andén, un libro de microrrelatos cuyo eje temático son los viajes. Actualmente, ejerce la docencia en la Vicedirección del Nivel Primario y en la Cátedra de Literatura en el Nivel Secundario del Instituto Dante Alighieri de Villa Carlos Paz. Conduce junto a la narradora Andrea Arribas, el espacio radial El peor de los pecados en FM 100.7 de su ciudad. Difunde la literatura local en su espacio literario en el programa televisivo Vientos de Cultura y continúa su trabajo en la coordinación de la Feria del libro edición 2017.