sábado, 14 de marzo de 2009

ALICIA FERNÁNDEZ DE POLIDO (Santiago del Estero)




EL GATO NEGRO

Apenas lo vio en el estante del negocio supo que ese gato negro de madera debía ser suyo.
Lo contempló largo rato sin tocarlo; el cuerpo estilizado (parecía pensado por Modigliani), sentado en los cuartos traseros, las patitas juntas, las orejas erectas, los ojos dorados, chispeantes, misteriosos y seductores.
Cuando amorosamente lo tomó entre sus manos para observarlo en detalle, la talla comenzó a ronronear.

viernes, 6 de marzo de 2009

EL MICRORRELATO EN EL NOA

Microrrelatos: una lectura por el noroeste argentino

La literatura argentina, específicamente, dentro del plano narrativo, continúa contagiándonos de ficción novelesca; además, se ha super-dimensionado la producción de otro tipo de género, practicado desde remotas épocas: el microrrelato, composición difícil de definir, tanto así es que mientras más se bucea en sus modos de construcción, más evidente se torna su existencia “transgenérica”; no se le da treguas al lenguaje; la heterogeneidad lo define a la vez que impide aprehenderlo.
No han desertado de la minificción nuestros escritores del noroeste del país, lo que queda demostrado en un número importante de antologías, (organizadas por la forma o por líneas temáticas) que se han publicado en las diferentes provincias del NOA, como también las que están en proceso y todos aquellos otros textos de autoría individual.
Las antologías ofrecen una amplia gama de textos breves que permiten al lector, en un mismo espacio de lectura, estar en contacto con realizaciones muy diversas que le posibilitan armar una cartografía de este producto literario. Por supuesto que depende de los antólogos, los hay ejemplares como Fernando Valls o Raúl Brasca; en Tucumán, Rogelio Ramos Signes con su última selección, Monoambientes; David Lagmanovich o Alba Omil que además de escribir como teóricos del género tienen invenciones breves de valía; o el trabajo del Dr. Antonio Cruz sobre El microrrelato en Santiago del Estero en 2008, con interesantes apreciaciones y aportes, para citar algunos; pero también encontramos otras muy irregulares, así como textos de única autoría donde el lector puede permanecer indiferente ante los largos desiertos en espacios tan breves: la referencialidad excesiva, adormece, no conquista al lector.
Esta situación ocurre, no sólo en el NOA, sino en todo el país. El “mini-relato” se hunde indefectiblemente si va acompañado del exceso de evidencia, lo que ocurre asiduamente. Algunas producciones en el NOA (generalizo) se resisten a la rebeldía intelectual que requiere este tipo de manifestación literaria y que, escritores como Lagmanovich y Signes en Tucumán, por ejemplo, saben modelar, componiendo criaturas con interesante creatividad. Otros, continúan apegados a fórmulas descriptivas y no logran insubordinar al lenguaje tal como esta categoría lo exige.
Sin embargo, antes y hoy, leemos a autores tan buenos aquí en el Norte como en el Sur, capaces de engranajes narrativos para engrandecer lo pequeño; apelan a estrategias para sorprender; el humor con ingenio provocan un efecto instantáneo; intertextualizan, diagraman un complejo espacio de información con astucia lingüística mediante cada palabra seleccionada, y sobre todo, no olvidan que no siempre reescribir es hacer literatura. La capacidad consiste en encontrar ese “giro” que le da la distinción a lo breve, con un ingrediente insuperable, el privilegio de la imaginación.
Me limitaré a nombrar a algunos escritores, (dado el espacio, disculpas a los no citados) que participan de antologías y tienen su producción individual, a los que considero, se han destacado, o están en camino de hacerlo dentro de este “subgénero”.
Además de los escritores ya mencionados, en Tucumán, otros como: Ana María Mopty con Microrrelatos (1998), Con ojos y alas (2001) y Con abrazos (2007); María Eugenia Godoy con En pocas palabras (2008); en Salta, César Antonio Alurralde con Cuentos Breves (1984), Cuentos Bonsáis (2006); en Jujuy César Arrueta con Noticias en la piel (2005); Patricia Calvelo Relatos de bolsillo (2006); en Santiago del Estero, Raúl Lima con Cuentos Pendientes; Adriana Del Vitto con Sexto Sentido (1998); Antonio Cruz con Escritos diminutos (2008); y tantos otros que publican en revistas literarias dedicadas a divulgar cuentos y relatos breves; en páginas literarias de periódicos del NOA, tal el caso de una friense, radicada en Catamarca, Rosa Beatriz Valdez, colaboradora de las páginas culturales del Diario La Unión y El Ancasti, cuyo patrimonio posee textos inéditos.
El Microrrelato, canonizado a partir de los años ’90, es una estructura permeable, muy practicada en el NOA. Sería propicio rastrear otros ámbitos, localidades alejadas del centro de provincias, para realizar un trabajo más riguroso sobre el microrrelato, ya que además, en la búsqueda, los antólogos descubren mucho material desconocido que sería importante difundir. También internet ofrece espacios para descubrir ficciones mínimas de apreciable valor; una producción que todavía espera ser investigada.


Dra.Liliana Massara
Fac. de Filosofía y Letras.
U.N.T.